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Introducción


Barcelona, junto con los cuarenta municipios de su conurbación metropolitana, está declarada como zona de protección especial (ZPE) del ambiente atmosférico, tanto por el dióxido de nitrógeno como por las partículas en suspensión de diámetro inferior a 10 micras. Eso significa que estos parámetros presentan niveles superiores a los admisibles por la legislación vigente, con el consiguiente riesgo de efectos en el medio ambiente y en la salud humana.

Se calcula que la exposición crónica a los niveles habituales de contaminación atmosférica, especialmente por partículas finas, es responsable de la muerte prematura de centenares de personas cada año, con mayor riesgo para las personas con enfermedades del pulmón o del corazón, ritmo cardiaco irregular, agravamiento del asma o dificultades para respirar. El contaminante atmosférico más preocupante de la ciudad es el NO2, que proviene, principalmente, de la combustión del tráfico y, muy especialmente, del predominio de los vehículos diésel.

El siguiente estudio, que trabaja con datos sobre los niveles de inmisiones medios anuales de NO2 a lo largo del 2018 y con datos poblacionales del mismo año, propone un análisis territorializado de cómo la contaminación atmosférica afecta a la ciudad de Barcelona, a sus barrios y a los colectivos demográficos del conjunto del tejido urbano.

Con respecto a los niveles de inmisión, los mapas ilustrados a continuación toman como referencia los umbrales recomendados por la Unión Europea (UE) y por la Organización Mundial de Salud (OMS), que establecen que no hay que superar los 40 µg/m3 por término medio anual de NO2 ni tampoco 18 veces al año la media horaria de 200 µg/m3 de NO2. Por otra parte, con respecto a los grupos demográficos de referencia, el análisis se adapta a las franjas de edad utilizadas por el padrón municipal (0-4, 5-14, 15-34, 36-64, 65 y más años), con una atención particular a los grupos poblacionales más vulnerables, como los bebés y las personas mayores.


Contaminación atmosférica

 
 
 

Las emisiones son la cantidad de contaminante que va a parar a la atmósfera desde una fuente —como, por ejemplo, los óxidos de nitrógeno emitidos por el foco puntual y móvil que representa un automóvil—, mientras que las inmisiones son la concentración del contaminante en cada punto del territorio, es decir, lo que respiraría una persona en ese punto. Se desprende que la relación entre las primeras y las segundas no es necesariamente directa, ya que el nivel de agentes contaminantes en un entorno territorial determinado puede depender tanto de fuentes emisoras endógenas como exógenas en el entorno mismo. Eso significa que, para una misma emisión, podemos tener una inmisión en un punto determinado muy diferente, ya que, una vez que el contaminante ha sido emitido a la atmósfera, sufre transformaciones físicas y químicas (especialmente transporte y dispersión, pero también reacciones químicas, deposición, agregación, etcétera) que dependen del estado de la atmósfera y que cambian con el tiempo.

Las principales fuentes emisoras antropogénicas de NO2 son el transporte privado motorizado, las centrales térmicas y la combustión de carburantes (gasolina, gasóleo, gases licuados del petróleo y gas natural), plantas de valorización, fábricas de cemento y de vidrio o refinerías.

Tal como se ha comentado anteriormente, los umbrales marcados tanto por la UE como por la OMS establecen que no hay que superar los 40 µg/m3 por término medio anual de NO2 ni tampoco 18 veces al año la media horaria de 200 µg/m3 de NO2. En el caso de los valores de inmisión de NO2, en la actualidad la media anual de la ciudad de Barcelona se encuentra por debajo del límite y cumple los niveles establecidos. Sin embargo, en el 2018, dos estaciones de medida (L’Eixample y Gràcia-Sant Gervasi) presentaron valores por encima de este límite.


Areas de riesgo

 
 
 

En Barcelona, los niveles de inmisiones por término medio anual de NO2 por encima de 40 µg/m3 están relacionados directamente con la trama viaria de la ciudad y, más específicamente, con los viales estructurantes y conectores con el área metropolitana, como las rondas, la Gran Vía, la Meridiana, la Diagonal, la Vía Augusta y la calle de Aragó. La trama viaria de L’Eixample también registra unos niveles altos de contaminación. Por lo tanto, las personas que hacen sus tareas cotidianas —trabajar, comprar, jugar, estudiar, ocio, residir, etcétera— sobre estos ejes de gran afluencia de vehículos están más expuestas al contacto con una mayor concentración de partículas contaminantes en comparación con personas que hacen sus tareas en barrios donde las calles presentan menos afluencia.

Fuente: Departamento de Resiliencia del Ayuntamiento de Barcelona y Barcelona Regional

¿Dónde se encuentra la población más vulnerable?

 
 
 

Si bien la contaminación atmosférica representa un riesgo para el conjunto de la población, se pueden destacar algunos perfiles que, por razones de edad o de salud, están más expuestos que otros. Además de las personas con patologías respiratorias y cardiacas, mencionadas en la introducción, los grupos demográficos más vulnerables a la contaminación atmosférica, independientemente de sus condiciones de salud, son los bebés y las personas mayores.

Por una parte, los niños y niñas, sobre todo de 0 a 3 años, son especialmente susceptibles a la contaminación atmosférica por la inmadurez de su sistema inmunológico. Por la otra, las personas mayores son vulnerables por el efecto acumulativo de la contaminación, así como porque su organismo tiene menos capacidad de eliminación.

Delimitación de los puntos más críticos

Con el objetivo de delimitar las áreas con más riesgo ambiental y sanitario por contaminación atmosférica, el siguiente mapa cruza la información territorializada sobre los niveles de inmisión —ilustrados en el apartado anterior— con dos conjuntos de datos demográficas:

 1) 1) el padrón del 2018, desagregado por franjas de edad (0-4, 5-14, 15-34, 36-64, 65 y más años) a escala de manzana de casas, para saber dónde hay más densidad de residentes, y
 2) 2) los equipamientos públicos, clasificados según tipología y conectados a los grupos de edad, para identificar las áreas de la ciudad potencialmente más utilizadas por determinados colectivos de población.

Con los primeros datos, se han podido delimitar las áreas con más densidad de residentes, desagregadas por franjas de edad, mientras que las segundas han servido para identificar las áreas de la ciudad potencialmente más utilizadas por los diversos grupos de población, partiendo de la hipótesis de que las áreas con más concentración de equipamientos también son las que recibirán más afluencia de estos colectivos de personas.

La finalidad de este ejercicio es la de destacar, de forma cualitativa, las áreas donde se presenta una intersección de los valores más elevados de exposición al riesgo, cruzados con las manzanas con una densidad de población empadronada por encima de la media de la ciudad y con las áreas con una alta concentración de equipamientos destinados al grupo de edad objeto de estudio.

No obstante, hay que precisar que la pregunta “¿dónde se encuentra la población más vulnerable?” no puede contar con una única respuesta, ya que la población se mueve en función de la hora del día, del trabajo y de las actividades que hace en su tiempo libre. Por lo tanto, hay que tener en cuenta que se trata de mapas que requieren una lectura a gran escala y que hay que contextualizar los riesgos globalmente.

El siguiente mapa compara la densidad de población en diferentes grupos de edad con las áreas más expuestas a la contaminación atmosférica.
Seleccionando una franja de edad determinada en el mapa, se puede observar la superposición entre la temática de riesgo analizada y las áreas donde hay más concentración de ese grupo de edad.

Fuente: Departamento de Resiliencia del Ayuntamiento de Barcelona y Barcelona Regional


Se estima que cerca de la mitad de la población de todos los grupos de edad empadronada en Barcelona vive en estas áreas de exposición. En cuanto a las personas vulnerables, aproximadamente 35.000 son bebés y 20.000 son mayores de 65 años. Con respecto a los equipamientos, en torno a la mitad de todos los equipamientos de la ciudad que se han seleccionado para este análisis, están en contacto con unos niveles altos de contaminación: aproximadamente 170 centros educativos, 241 áreas de juego para niños y niñas (0-4 años), y cerca de 286 centros de atención social para personas mayores.

Las áreas de riesgo más críticas, a causa de una concentración más alta de equipamientos y de una densidad poblacional elevada, son las que se encuentran próximas a los ejes principales de conexión metropolitana, con una gran circulación de vehículos privados.

En este sentido, muchos de los barrios situados junto a los límites de la ciudad y altamente densificados presentan unos altos niveles de exposición al riesgo. Es el caso de los barrios de Hostafrancs, la Font de la Guatlla, el Poblenou y el Besòs i el Maresme, sobre la Gran Vía. También ocurre en el barrio de la Sagrera, sobre la Meridiana, así como en los barrios de la Prosperitat, la Trinitat Nova, Verdum y las Roquetes, sobre la parte no cubierta de la ronda de Dalt. En este tramo de la ronda, destacamos la concentración de equipamientos destinados a niños y niñas y adolescentes.

Otras manzanas de barrios que están junto a la ronda del Mig, donde la concentración de equipamientos es significativa, como los barrios de la Salut, el Putxet i el Farró o Sarrià-Sant Gervasi, quedan también destacados como puntos críticos de riesgo, sobre todo con respecto a las personas mayores, a causa de la concentración de equipamientos destinados a este grupo de edad en estas zonas.

Resaltamos también un conjunto de manzanas con un grado más bajo de vulnerabilidad (50-60 µg/m3), que se encuentran más localizadas en los barrios centrales de la ciudad. Los ejemplos más destacables son los barrios de la Antiga Esquerra de l’Eixample y la Nova Esquerra de l’Eixample, y también los barrios de la Dreta de l’Eixample, sobre la Diagonal y Aragó; y la Sagrada Família y el Camp d’en Grassot i Gràcia Nova, sobre el paseo de Sant Joan, principalmente. La centralidad de muchas de estas manchas es claramente coincidente con los equipamientos que utilizan todos los grupos de edad, lo que hace difícil identificar un perfil de personas más afectado.

Finalmente, hay otro foco de atención con respecto a las personas mayores en el área del barrio de la Barceloneta, que es junto a la ronda Litoral. En esta área no hay una concentración relevante de equipamientos para este grupo de edad, pero sí una densidad de población residente expuesta a estos niveles de inmisión.

La coincidencia de cada uno de los cuatro niveles de NO2 definidos por este trabajo, con áreas de más densidad y concentración de equipamientos, genera una gradación del nivel de vulnerabilidad que queda recogida en los ocho grados siguientes:

1P. Inmisión media anual de 40 a 50 µg/m3, coincidente con concentración de población 1PE. Inmisión media anual de 40 a 50 µg/m3, coincidente con concentración de población y equipamientos
2P. Inmisión media anual de 50 a 60 µg/m3, coincidente con concentración de población 2PE. Inmisión media anual de 50 a 60 µg/m3, coincidente con concentración de población y equipamientos
3P. Inmisión media anual de 60 a 70 µg/m3, coincidente con concentración de población 3PE. Inmisión media anual de 60 a 70 µg/m3, coincidente con concentración de población y equipamientos
4P. Inmisión media anual de 70 µg/m3 y más, coincidente con concentración de población 4PE. Inmisión media anual de 70 µg/m3 y más, coincidente con concentración de población y equipamientos

El siguiente mapa evidencia aquellas áreas de ciudad donde se encuentra más población expuesta a la contaminación atmosférica por grupos de edad.
Seleccionando una determinada franja de edad en el mapa se pueden observar los puntos más críticos, en función de la superposición entre la temática de riesgo analizada y aquellas áreas donde hay una mayor concentración de ese grupo de edad.

Source: Departament de Resiliència de l'Ajuntament de Barcelona i Barcelona Regional

Actuaciones relacionadas

 
 
 

Teniendo en cuenta que el transporte privado es una de las fuentes principales de inmisiones, todas las medidas que busquen disminuir la densidad de vehículos que circulan por las vías de alta densidad de tráfico de la ciudad serán clave a la hora de reducir el riesgo de contaminación atmosférica para los vecinos y vecinas de la ciudad.

El Ayuntamiento de Barcelona hace años que trabaja para garantizar el cumplimiento de los valores máximos establecidos por la UE y la OMS impulsando medidas como las restricciones de circulación de los vehículos más contaminantes, la declaración de 95 kilómetros cuadrados de la ciudad como zona de bajas emisiones, la regulación del estacionamiento, el fomento del transporte público y de la bicicleta y el impulso del vehículo eléctrico.

Además, el nuevo Plan de movilidad urbana (2019-2024, en redacción) propone un cambio de modelo de movilidad que continúa con la línea del anterior plan y que potencia los desplazamientos a pie, generando espacios seguros para peatones y los medios sostenibles (bicicleta y transporte público), a la vez que propone reducir el uso y la presencia del transporte privado de motor (coches y motocicletas).

El Programa de resiliencia de Barcelona es una nueva oportunidad para destacar el esfuerzo de implantación de medidas de cariz estructural que se está llevando a cabo para hacer frente a la contaminación atmosférica.


Para consultar el estudio completo, haz click aquí
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