Cada vez más calor con efectos directos sobre la salud

En el caso de Barcelona, se considera que hay ola de calor cuando las temperaturas máximas superan los 33,1 °C durante tres días consecutivos o más. El calor excesivo y sostenido comporta un aumento de la mortalidad y la morbilidad, especialmente en los grupos más vulnerables, como las personas mayores, los bebés, las personas con discapacidad física o intelectual que tienen limitada la movilidad y el autocuidado, las personas con patologías crónicas, las que toman medicación que actúa sobre el sistema nervioso central y las que viven en condiciones sociales precarias. Se estima que el número de muertes a raíz de la ola de calor de 2003 fue de 411 (Borrell), aunque otros estudios elevan dicha cifra a las 537 (Tobias) y 665 muertes (Martínez-Navarro, F.).

Hoy

En total, se han contabilizado ocho olas de calor en la ciudad en los últimos 34 años, y las zonas más vulnerables se concentran en los barrios más próximos al sector Besòs, parte de Horta y gran parte del distrito de Sants-Montjuïc.

Mañana

El incremento de temperaturas tendrá consecuencias sobre la salud, pero no solo las olas de calor. El aumento de temperaturas por las noches también puede incidir, ya que el periodo de descanso nocturno es el momento en el que las personas se recuperan del calor sufrido durante todo el día.


Estas son las proyecciones climáticas para Barcelona que ha elaborado el Servicio Meteorológico de Cataluña con respecto a temperaturas máximas y olas de calor:

Exposición

Si se analiza la distribución territorial de las dos últimas olas de calor en Barcelona, se puede comprobar que las zonas con unos valores de temperatura más altos se sitúan en la zona de Les Corts/la Nova Esquerra de l'Eixample, en el distrito de Nou Barris y en Ciutat Vella. Por el contrario, las zonas con unas temperaturas menos altas se sitúan en la zona litoral, concretamente en la zona de la Barceloneta y el Poblenou.

Factores de vulnerabilidad

Para conocer el efecto global del calor sobre la ciudad, se han estudiado varios factores que hacen que la ciudad sea más vulnerable a sufrir las consecuencias del calor y que, además, no se distribuyen de manera homogénea sobre el territorio.

Una vez analizados los parámetros de vulnerabilidad, se han superpuesto con las zonas que estuvieron expuestas a temperaturas más altas durante la ola de calor de 2015, ya que fue la más extrema de las dos que se han estudiado.

Para hacerlo, el primer paso es pasar la temperatura de la ola de 2015 a sección censal y diferenciar las zonas en función de las temperaturas más altas y más bajas. En segundo lugar, se cruza este mapa de calor con los factores de vulnerabilidad que se han tenido en cuenta y que están relacionados con características poblacionales, urbanas, energéticas y socioeconómicas del tejido urbano, tal como se describe más adelante.

Eso nos permitirá ver las zonas donde es más prioritario actuar, ya que los efectos sobre la población son superiores, y qué tipo de medidas hay que implementar (incremento de vegetación, protección de la población sensible, mejora de la eficiencia energética de los edificios o medidas socioeconómicas).

 
 
 
A la hora de plantear una posible aproximación a la vulnerabilidad a las olas de calor, se ha consultado a la Agencia de Salud Pública de Barcelona (ASPB) para determinar conjuntamente qué variables eran las más relevantes para caracterizar la vulnerabilidad en toda la ciudad.

A raíz de estas consultas se concluyó que los aspectos más relevantes para determinar la vulnerabilidad ante las olas de calor estaban relacionados básicamente con características poblacionales, urbanas, energéticas y socioeconómicas.

A continuación se analizan territorialmente estos parámetros para ver qué zonas de la ciudad tienen más o menos riesgo.

Los mapas muestran la información en el nivel de sección censal, ya que gran parte de los datos utilizados tienen ese nivel de detalle. Su representación se basa en la normalización del parámetro, es decir, en la desviación respecto de la media de la ciudad. Así, se indican en una gama de colores verdes los valores que están mejor, es decir, que tienen una menor vulnerabilidad al calor, y en una gama de colores rojos las zonas que están peor.

Resultados

Mapas de vulnerabilidad al calor

A partir de la determinación de la vulnerabilidad de la ciudad, es importante cruzar dicha información con la de las zonas que estuvieron más expuestas a altas temperaturas durante las olas de calor. Eso, por ejemplo, nos ayudará a detectar los puntos de la ciudad más vulnerables y que, además, registraron unas temperaturas más altas. Esos lugares son los principales puntos donde actuar.
En este apartado se analiza la vulnerabilidad total de la ciudad ante la ola de calor de 2015 —ya que fue la más calurosa de las dos que se han estudiado—, y la vulnerabilidad parcial respecto de cada uno de los cuatro factores considerados, ya que cada parámetro tiene zonas diferentes donde sus efectos son mayores. Estos mapas ayudarán a concretar las medidas de cada tipo —incremento de vegetación, eficiencia energética de los edificios o medidas socioeconómicas— en los distintos barrios y establecer dónde es prioritario actuar.

Capacidad adaptativa

Aunque el cambio climático hará aumentar la intensidad y la frecuencia de los episodios de calor, no se trata de un riesgo nuevo para Barcelona, y la ciudad ya aplica medidas para combatir los efectos sobre la salud. El conjunto de estas medidas y las características de la ciudad que la hacen más resiliente ante el calor es lo que denominamos capacidad adaptativa.

Entre dichas medidas destacan, por ejemplo, el Plan específico de emergencia municipal por olas de calor, u otras medidas estructurales que ya se empiezan a implementar, como incrementar la cantidad y la calidad de la vegetación en la ciudad, ya que proporciona sombra y frescor —en algunos parques la temperatura puede llegar a bajar hasta 3 °C—, o fomentar la rehabilitación energética para mejorar el confort térmico y las características de los edificios y los equipamientos públicos.

El Plan Clima impulsa una nueva línea de acción denominada "Espacios de refugio climático" para promover la creación o adecuación de espacios donde se pueda dirigir la población en caso de episodios de calor. En el estudio de los impactos del cambio climático en Barcelona se llevó a cabo un primer análisis de los equipamientos y espacios verdes de la ciudad que se consideró que podrían ofrecer este servicio con el objetivo de tener una primera aproximación al grado de cobertura territorial de los refugios potenciales y con relación a la población vulnerable. Actualmente se está profundizando en los detalles de este estudio.

Para obtener más información sobre esta y otras medidas, podéis consultar el contenido del Plan Clima:

Espacios y equipamientos refugio

Es importante saber a qué lugares puede ir la población más vulnerable en el momento de una ola de calor para protegerse de sus efectos. Para hacer un primer estudio del grado de cobertura territorial y con relación a la población vulnerable (>75 años) de potenciales espacios de refugio existentes, se han escogido los equipamientos públicos de gran capacidad y que pueden tener unas mejores condiciones de confort climático, ya sea porque disponen de aire acondicionado o de otros elementos para refrescar.

Los equipamientos refugio que se han considerado son los siguientes:

- Bibliotecas públicas
- Complejos deportivos*

*Cabe señalar que parte de los complejos deportivos no disponen de aire acondicionado y, por lo tanto, no serían los lugares más adecuados para acoger a población en momentos de altas temperaturas. Para llevar a cabo, sin embargo, este análisis no se ha dispuesto de información sobre la climatización de estos espacios, así que se han incluido todos. En fases posteriores, habrá que precisar más este análisis para saber cuáles son los equipamientos refugio más adecuados.

La ciudad de Barcelona, no obstante, también tiene otros elementos que pueden actuar como zona de acogida de la población en los momentos más calurosos: los parques urbanos. Se han escogido los parques que tienen una presencia destacada de verde y que tienen una superficie relativamente grande (más de 1 ha).

El mapa muestra el grado de cobertura territorial de parques y equipamientos refugio potenciales medido en un tiempo de desplazamiento a pie como máximo de 10 minutos.

Capacidad de acogida de los espacios refugio con relación a la población vulnerable (>75 años)

También se ha analizado el grado de "saturación potencial" de estos equipamientos y parques refugio, es decir, la capacidad de acoger a la población potencialmente más vulnerable (>75 años) que tienen alrededor, teniendo en cuenta que el área establecida para cada uno de estos espacios es de 10 minutos de desplazamiento andando. El mapa muestra una gradación de colores donde las áreas marcadas en rojo y naranja tienen una población potencialmente vulnerable bastante alta (de más de 2000 personas mayores de 75 años).